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Mostrando entradas con la etiqueta Pilar Mosquera Pérez. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 31 de julio de 2019 0 comentarios

Pilar Mosquera Pérez(Escritora)

Pilar Mosquera Pérez

Nací en un pueblecito de la provincia de Zamora llamado Moveros de Aliste.

En cuánto a titulación, soy diplomada en Trabajo Social.

Desde hace años, trabajo en un Centro de Día de Personas Mayores. Antes de la crisis, llevé a cabo, en colaboración con los mayores, trabajos de recopilación de tradiciones, refranes, poesías, vivencias… Y, también, una revista para el Centro.

Mi afición a escribir comenzó en la adolescencia, escribía poesías (muchas de ellas recogidas en “Raíces al Viento”), aparte del típico diario de adolescente (¡con el alfabeto griego, por cierto).

En estos momentos tengo prácticamente terminado un libro de relatos cortos. Probablemente llevará por título: “Historias de Amor y Magia“.
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lunes, 31 de julio de 2017 0 comentarios

Feria del Libro de Benavente: un éxito anunciado

Un año más, la AEM ha estado presente en la Feria del Libro de Benavente, una de las mejores, muy acogedora, de magnífica organización, celebrada del 3 al 6 de agosto.
Benavente es un pueblo joven y se pudo comprobar en el gran número de niños/as que disfrutaron del taller infantil de Luis Compés.

En esta Feria contamos con la mejor conocedora de la zona benaventana, Pilar Mosquera, sus obras son un homenaje a la tierra, la sensibilidad y la belleza de la naturaleza zamorana. Los lectores más fieles se acercaron al stand de la AEM para hacerse con las últimas obras de nuestra compañera.
Hacer mención especial a la presentación del libro “Tragaluz” de María Guzmán Juan, una de nuestras autoras, que a pesar de su juventud hizo gala de saber poner la emoción a flor de piel para llegar a tocar la fibra sensible del público y entusiasmar con su ejemplo de superación personal y madurez, como pocas veces puede verse en alguien tan joven.

Otra de nuestras poetas, Concha Porras, vital y activa como siempre, participó en una cata de versos junto con otro poeta, deleitando a los oyentes con una excelente selección de poemas tanto clásicos como propios. Concha leyó con maestría parte de sus dos obras “Savia” y “Trebol”.
La organización de la Feria de Benavente fue en todo momento excelente, contando con la continua presencia de los organizadores, pendientes en todo momento de las necesidades de los stands, los autores y los lectores.

Uno de los puntos fuertes, a nuestro parecer, fue el reunir todas las actividades relacionadas con la feria en el mismo lugar, contando con una carpa central, evitando la dispersión del público y favoreciendo la venta de libros.
Benavente también ofreció el viernes, día 5, la noche en blanco, con todos los comercios abiertos hasta las 24 h, tres discotecas móviles en sus calles, y las escuelas de danza locales ofreciendo muestra del trabajo aprendido durante la temporada.
El nivel de ventas fue similar a la feria del libro de La Bañeza y la de Valencia de Don Juan.
AEM fue una de las casetas más visitadas por los benaventanos y turistas.
Una gran satisfacción haber podido colaborar de nuevo en la difusión de las obras de todos los compañeros.
Hasta muy pronto, en Palencia.


Vanessa Jiménez Díaz
Fuente: asociacionescritores.com
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Feria del Libro de Benavente: un éxito anunciado

Un año más, la AEM ha estado presente en la Feria del Libro de Benavente, una de las mejores, muy acogedora, de magnífica organización, celebrada del 3 al 6 de agosto.
Benavente es un pueblo joven y se pudo comprobar en el gran número de niños/as que disfrutaron del taller infantil de Luis Compés.

En esta Feria contamos con la mejor conocedora de la zona benaventana, Pilar Mosquera, sus obras son un homenaje a la tierra, la sensibilidad y la belleza de la naturaleza zamorana. Los lectores más fieles se acercaron al stand de la AEM para hacerse con las últimas obras de nuestra compañera.
Hacer mención especial a la presentación del libro “Tragaluz” de María Guzmán Juan, una de nuestras autoras, que a pesar de su juventud hizo gala de saber poner la emoción a flor de piel para llegar a tocar la fibra sensible del público y entusiasmar con su ejemplo de superación personal y madurez, como pocas veces puede verse en alguien tan joven.

Otra de nuestras poetas, Concha Porras, vital y activa como siempre, participó en una cata de versos junto con otro poeta, deleitando a los oyentes con una excelente selección de poemas tanto clásicos como propios. Concha leyó con maestría parte de sus dos obras “Savia” y “Trebol”.
La organización de la Feria de Benavente fue en todo momento excelente, contando con la continua presencia de los organizadores, pendientes en todo momento de las necesidades de los stands, los autores y los lectores.

Uno de los puntos fuertes, a nuestro parecer, fue el reunir todas las actividades relacionadas con la feria en el mismo lugar, contando con una carpa central, evitando la dispersión del público y favoreciendo la venta de libros.
Benavente también ofreció el viernes, día 5, la noche en blanco, con todos los comercios abiertos hasta las 24 h, tres discotecas móviles en sus calles, y las escuelas de danza locales ofreciendo muestra del trabajo aprendido durante la temporada.
El nivel de ventas fue similar a la feria del libro de La Bañeza y la de Valencia de Don Juan.
AEM fue una de las casetas más visitadas por los benaventanos y turistas.
Una gran satisfacción haber podido colaborar de nuevo en la difusión de las obras de todos los compañeros.
Hasta muy pronto, en Palencia.


Vanessa Jiménez Díaz
Fuente: asociacionescritores.com
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jueves, 31 de julio de 2014 0 comentarios

Historias de Amor y Magia

Con el título “Historias de Amor y Magia” brindo, como autora, un conjunto de divertidos e interesantes relatos basados en hechos reales o imaginarios, cuyos argumentos giran en torno a dos temas centrales: el amor y la magia de la vida entendidos en un sentido amplio.

Si bien, mi objetivo primero no fue centrarme en dichos temas, sí que ha sido el resultado final. De modo que el título surgió por sí solo.

Mi experiencia, a través de las líneas de este libro, ha sido una aventura a lo largo de un sendero en el que, a mi paso, hoy hallo a mis pies una extraña y bella flor que me inspira un poema. Mañana, quizás, tropiezo con una piedra cuya energía me transporta a otra dimensión. Otro día me encuentro con una persona del camino que me cuenta un hecho real.

Escucho los mensajes de mis sueños, de mi mente, de mi alma, de mi corazón, y pongo alas a la imaginación para que salga de los límites físicos y vuele por la inmensidad del todo infinito.


Cada amanecer inspira un pensamiento, y cada anochecer un nuevo sueño.
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Historias de Amor y Magia

Con el título “Historias de Amor y Magia” brindo, como autora, un conjunto de divertidos e interesantes relatos basados en hechos reales o imaginarios, cuyos argumentos giran en torno a dos temas centrales: el amor y la magia de la vida entendidos en un sentido amplio.

Si bien, mi objetivo primero no fue centrarme en dichos temas, sí que ha sido el resultado final. De modo que el título surgió por sí solo.

Mi experiencia, a través de las líneas de este libro, ha sido una aventura a lo largo de un sendero en el que, a mi paso, hoy hallo a mis pies una extraña y bella flor que me inspira un poema. Mañana, quizás, tropiezo con una piedra cuya energía me transporta a otra dimensión. Otro día me encuentro con una persona del camino que me cuenta un hecho real.

Escucho los mensajes de mis sueños, de mi mente, de mi alma, de mi corazón, y pongo alas a la imaginación para que salga de los límites físicos y vuele por la inmensidad del todo infinito.


Cada amanecer inspira un pensamiento, y cada anochecer un nuevo sueño.
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miércoles, 31 de julio de 2013 0 comentarios

Un nuevo paraíso – Libertad

Su nombre es Libertad. Ave de altos vuelos, alma creadora de sueños que se funden con realidades.

Una noche, mientras duerme, aparta del roce de su piel el edredón nórdico, se levanta para abrir la ventana y respira el frescor del ambiente. Nieva. Los copos de nieve rocían su cara y activan la circulación en las células de su cerebro adormilado. Se siente sola frente al Universo en una cruda y hermosa noche de invierno.

En este contexto la mente lanza una pregunta al viento: «¿El ser humano perdió para siempre el paraíso?».

Se activan las cuerdas vocales y la cuestión resuena en el espacio con toda la intensidad de su voz. Se escucha el eco que recalca la última palabra: «Paraíso».

A esta interrogación le sigue otra: «¿Es posible volver al paraíso? ¿Es posible?» –insiste–. Vuelve a oír el eco de su voz: «Es posible… Es posible…»

Libertad desea volar a ese lugar, así es que pide a su ángel protector que despliegue sus alas blancas.

El alma libre vuela de madrugada entre la nieve que cae en esa parte de la tierra. Roza con su cuerpo las montañas nevadas y se pierde entre las nubes. Surca ríos, cruza mares, sortea vientos y tempestades.

Al despuntar la aurora, desde las alturas divisa un archipiélago que le llama la atención, lo que hace que descienda su vuelo. Se posa en una isla atravesada por el río que nace de la montaña para desembocar en el lago de aguas cristalinas.

Desde la copa del árbol más alto, Libertad percibe las más bonitas vistas. «Debe de ser primavera –se dice a sí misma- por el manto de flores que cubre la campiña». El trino de las aves deleita sus oídos. Se sienta al pie del árbol sobre la hierba verde que roza su piel, lo que le produce un agradable cosquilleo. Acaricia suavemente con sus dedos las florecillas silvestres que la rodean: margaritas, campanillas, violetas… mientras disfruta de su diferente textura. Se siente embriagada con los olores a menta, romero, hierbabuena…

Una vez que todo su ser se encuentra envuelto en multitud de sensaciones, dirige su mirada a lo lejos donde divisa al primer ser humano; se trata de un joven que se halla en una barca al lado de una cabaña como si fuera el guardián del lugar, la aduana que hay que pasar.

Este es el momento en que Libertad escucha un nuevo mensaje de su alma: «Esto tiene que ser un paraíso». Al que le siguen algunas dudas de su mente: «¿Habrá fruto prohibido? ¿Será él?»

A pesar de sus inseguridades, guiada por su intuición, se dirige al punto donde se encuentra el hombre. Él la invocaba con su pensamiento, sin que ella se percatara de ello, desde que aterrizara en esta tierra. Estos fenómenos ocurren aquí con normalidad por la conexión que existe entre el cuerpo, el alma y el universo. Mas, ahora tiene que hablarle en voz alta para que lo escuche al otro lado del río donde ella se encuentra. Su misión es ayudarla a cruzar.

Bienvenida a la tierra prometida –la saluda con una dulce sonrisa.

Muchas gracias –agradece Libertad con dulzura.

¿Cómo te llamas?

Mi nombre es Libertad. ¿Cuál es el tuyo?

Yo me llamo Jacinto.

Jacinto, ¿esto es el paraíso?

Tú lo has dicho, Libertad.

Entonces no sé si aceptar esa mano que me tiendes, puede que sea la trampa de un seductor.

¡Ah, si! Pero olvidas que en el paraíso original fue la mujer la que sedujo al hombre.

Claro, eso ocurrió «en el original». Las cosas, desde entonces, han cambiado mucho.

Te prometo que yo no soy el fruto prohibido –insiste él.

Aún así, sigo pensando que puede ser una técnica de seducción varonil.

¡Mujer de poca fe!

No hay que ir por la vida fiándose del primer hombre con el que te encuentras.

A veces merece la pena arriesgar, sobre todo cuando acabas de llegar a un nuevo paraíso tras vagar y vagar. Pero, esa es tu opción.

Entonces, ¿aquí no hay fruto prohibido?

Te mentiría si te dijera que no.

Y, ¿se puede saber cuál es?

Se puede saber, pero lo descubrirás tú misma, en su momento, si decides cruzar el charco conmigo.

Las dudas de Libertad se van disipando a medida que se ve reflejada alternativamente en la transparencia del agua y en los ojos de ese hombre. Así es que decide cruzar el río en compañía del joven mientras respira un aire puro que la refresca.

Después, se dispone a conocer la isla, junto a él, a lomos de un caballo blanco que los esperaba al lado de un cerezo en flor.

¡Cuántos árboles frutales! ¡Hay enjambres de abejas y muchas cabras por la montaña! –se asombra la mujer.

Sí, la fruta es esencial aquí, las abejas nos ofrecen miel y las cabras su leche con la que elaboramos exquisitos quesos –explicaciones de Jacinto.

Libertad admira el paisaje lleno de vegetación que se refleja en un bonito lago, tierras cultivadas incluso en las laderas de las montañas, campos con almendros en flor, multitud de animales en libertad y de aves que surcan el cielo.

Por fin llegan a un poblado de casitas de colores entre regatos, fuentes y cascadas.

Los vecinos de este lugar se divierten en la calle cantando y bailando con motivo de la celebración de la fiesta de la primavera. Jacinto ayuda a su compañera a bajarse del caballo. La gente aplaude y les da la bienvenida. Suena la música. Él la invita a bailar, y la gente los rodea y anima con aplausos. Para la música. La joven Libertad mira a su alrededor, ve una extensa pradera en la que se mueven a sus anchas una multitud de gallinas, éstas se encuentran acompañadas por gran cantidad de arrogantes gallos exhibiendo sus bellos plumajes. Ella, ingenuamente, comenta:

¡Qué bonitas aves! ¡Nunca había visto tantos gallos juntos! Me imagino que una de las actividades de la isla es la lucha de gallos, ¿me equivoco?

De repente se produjo un silencio sepulcral. Incluso las facciones de Jacinto se endurecen. Aún así, le parece atractivo.

Sí, te equivocas, Libertad –responde Jacinto.

¿Qué ocurre?… ¿Acaso aquí son los animales sagrados? –pregunta la joven entre sorprendida y asustada.

Sí –le responde de nuevo su joven acompañante-. Tú lo has dicho: «aquí son, los animales, sagrados», o dicho de otra forma, aquí todos los animales son sagrados.

Ahora es Libertad la que se queda muda durante unos segundos; luego, se atreve a decir:

¡Vaya! ¡Por fin he descubierto el fruto prohibido! No sé cómo he tardado tanto en darme cuenta de algo tan obvio. Lo siento.

La gente aplaude de nuevo y la sonrisa vuelve a iluminar los rostros de todos los allí presentes. Este es el momento en que se van a una sala comunal para compartir mesa y mantel.

La joven clava su vista en los suculentos manjares, y se dispone a saborearlos. Los jugos naturales de frutas exóticas sacian su sed del camino. Las ensaladas, setas del monte y otros alimentos naturales calman su sensación de hambre. El vino, con sabor a cereza, la reanima. La tarta de queso con nueces, cubierta con mermelada de frutos del bosque, se funde en su paladar, lo que le produce un estimulante sabor agridulce.

Jacinto le explica, por si ella no lo sabe, las excelentes propiedades de los frutos secos y la influencia de los frutos rojos en la eterna juventud. También le habla de la longevidad de la gente de esta tierra por su estilo de vida en sintonía con la naturaleza.

Libertad se queda dormida, embriagada por la variedad de aromas y por la voz melodiosa del joven. Él la toma en brazos y la lleva a su casa para descansar juntos; sin embargo, no duerme porque quiere velar los sueños de ella y despertarla con el suave roce de sus labios. La joven abre los ojos a un nuevo mundo en el que lo primero que percibe es la mirada de otros ojos verdes en los que se ve reflejada como en el agua del lago de esta isla.

– ¡Qué casa tan bonita! –exclama ella-. Me hace sentir bien el olor a incienso.

Los ojos de la joven revolotean por la estancia observando las figuras pintadas en el techo, los cuadros y estatuas tallados en piedra, velas de colores y otras curiosidades.

¿Gratamente sorprendida?- Pregunta Jacinto.

¡Estoy encantada! ¿Todo esto es obra tuya?

Sí, todo lo he hecho yo.

¡Caramba! ¡Eres un artista!

Solo me falta ponerle el nombre a la casa.

Y, ¿cuál será? – quiere saber la nueva mujer.

«Jacinto en Libertad».

¡Gracias, muchas gracias, es todo un honor! – Agradece ella a la vez que se funde con él en un abrazo.

Tengo una sorpresa para ti –anuncia el joven.

¿Tú crees que podré soportar más novedades?

Relájate y escucha. Es mi especial regalo de bienvenida.

Libertad se pone cómoda; mientras, Jacinto le brinda un concierto de cuencos tibetanos. A ella estos sonidos le suenan a música celestial, de modo que se relaja tanto que se queda profundamente dormida. El joven la vuelve a despertar con un roce, esta vez más profundo, de sus labios. Beso que nuestra alma viajera disfruta como una nueva y amorosa sensación.

Para aprovechar la soleada tarde primaveral, se van de paseo por el monte.

Él le explica brevemente como es la vida en este paraíso. «El poder no es opresivo –le dice-, pues no se retribuye económicamente, así es que solo lo detentan quienes lo saben utilizar por vocación y para el bien común. Los productos químicos se usan con precaución. Son muy utilizadas diversas terapias naturales tanto para la mente como para el cuerpo.

Se cuida la naturaleza, se controla la polución y contaminación en beneficio del archipiélago, de todas las personas, del planeta y de las generaciones venideras».

Cerca de la puesta de sol, llegan a una playa de dunas donde se disponen a descansar en un refugio entre rocas y arena. Después, él le explica dónde recogen los isleños las algas ricas en ácidos grasos esenciales omega 3 (eicosapentaenoico y docosahexaenoico) que ingieren los peces.

¡Ah! Entiendo –ella comprende-, así los humanos no necesitan comer a los pececillos.

Exactamente. Aunque también comemos diversas semillas, germen de la vida, y no lo hacemos precisamente para no comernos a los pajarillos.

Ríen los dos.

Llegados a este punto, él se coloca enfrente de ella y le dice:

Estamos en el mar, ¿no quieres nadar?

De donde yo vengo utilizan el agua del mar como terapia, hay centros de «talasoterapia» –comenta ella, obviando la pregunta.

Y, ¿no se baña la gente en el mar?

Sí, claro. Pero yo no he traído bañador.

¡Aquí no hace falta! ¡Nosotros no somos el fruto prohibido! ¿Recuerdas?

Sus miradas se cruzan una vez más. Ya hay una especial comunión entre ambos. Libertad deja que sus pies descalzos se empapen con esa agua azul turquesa que le relaja la vista y cuyo frescor le hace sentir escalofríos Poco a poco se abandona al mar, y nada con su melena suelta hasta reencontrarse de frente con el hombre de su nuevo paraíso, el cual aparta el pelo mojado del rostro de su sirena para tomar su cara entre las manos y regalarle besos con sabor salado. De forma natural, sus cuerpos se entrelazan debajo del agua, sienten los dedos del otro deslizarse sobre la piel en forma de amorosas caricias. Sus seres se sienten unidos en conexión total con la naturaleza que les rodea, y en un acto de puro amor carnal y espiritual.

Cuando el sol se esconde en el horizonte, se quedan eclipsados al contemplar su ya tenue luz hasta que el astro rey se oculta por completo. Observan las estrellas, las cuales les inspiran a pedir nuevos deseos al Universo con el que se sienten tan conectados.

La luna les sorprende con sus cuerpos desnudos y les ilumina el camino de regreso a casa, a la que llegan colmados de amor para disfrutar y para compartir con las demás personas a su alrededor en un nuevo amanecer de sus vidas.

Pilar Mosquera Pérez

A Dulce, mi profesora del seminario: «Creatividad para comenzar a escribir», a Juan por sus sesiones de relajación, y a mis estupendas compañeras: Dominique, Patricia, Noe y Mila. Todos ellos han contribuido a hacer del curso una experiencia inolvidable.




Fuente: naturalrevista

https://naturalrevista.com/nuevo-paraiso-libertad/
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Un nuevo paraíso – Libertad

Su nombre es Libertad. Ave de altos vuelos, alma creadora de sueños que se funden con realidades.

Una noche, mientras duerme, aparta del roce de su piel el edredón nórdico, se levanta para abrir la ventana y respira el frescor del ambiente. Nieva. Los copos de nieve rocían su cara y activan la circulación en las células de su cerebro adormilado. Se siente sola frente al Universo en una cruda y hermosa noche de invierno.

En este contexto la mente lanza una pregunta al viento: «¿El ser humano perdió para siempre el paraíso?».

Se activan las cuerdas vocales y la cuestión resuena en el espacio con toda la intensidad de su voz. Se escucha el eco que recalca la última palabra: «Paraíso».

A esta interrogación le sigue otra: «¿Es posible volver al paraíso? ¿Es posible?» –insiste–. Vuelve a oír el eco de su voz: «Es posible… Es posible…»

Libertad desea volar a ese lugar, así es que pide a su ángel protector que despliegue sus alas blancas.

El alma libre vuela de madrugada entre la nieve que cae en esa parte de la tierra. Roza con su cuerpo las montañas nevadas y se pierde entre las nubes. Surca ríos, cruza mares, sortea vientos y tempestades.

Al despuntar la aurora, desde las alturas divisa un archipiélago que le llama la atención, lo que hace que descienda su vuelo. Se posa en una isla atravesada por el río que nace de la montaña para desembocar en el lago de aguas cristalinas.

Desde la copa del árbol más alto, Libertad percibe las más bonitas vistas. «Debe de ser primavera –se dice a sí misma- por el manto de flores que cubre la campiña». El trino de las aves deleita sus oídos. Se sienta al pie del árbol sobre la hierba verde que roza su piel, lo que le produce un agradable cosquilleo. Acaricia suavemente con sus dedos las florecillas silvestres que la rodean: margaritas, campanillas, violetas… mientras disfruta de su diferente textura. Se siente embriagada con los olores a menta, romero, hierbabuena…

Una vez que todo su ser se encuentra envuelto en multitud de sensaciones, dirige su mirada a lo lejos donde divisa al primer ser humano; se trata de un joven que se halla en una barca al lado de una cabaña como si fuera el guardián del lugar, la aduana que hay que pasar.

Este es el momento en que Libertad escucha un nuevo mensaje de su alma: «Esto tiene que ser un paraíso». Al que le siguen algunas dudas de su mente: «¿Habrá fruto prohibido? ¿Será él?»

A pesar de sus inseguridades, guiada por su intuición, se dirige al punto donde se encuentra el hombre. Él la invocaba con su pensamiento, sin que ella se percatara de ello, desde que aterrizara en esta tierra. Estos fenómenos ocurren aquí con normalidad por la conexión que existe entre el cuerpo, el alma y el universo. Mas, ahora tiene que hablarle en voz alta para que lo escuche al otro lado del río donde ella se encuentra. Su misión es ayudarla a cruzar.

Bienvenida a la tierra prometida –la saluda con una dulce sonrisa.

Muchas gracias –agradece Libertad con dulzura.

¿Cómo te llamas?

Mi nombre es Libertad. ¿Cuál es el tuyo?

Yo me llamo Jacinto.

Jacinto, ¿esto es el paraíso?

Tú lo has dicho, Libertad.

Entonces no sé si aceptar esa mano que me tiendes, puede que sea la trampa de un seductor.

¡Ah, si! Pero olvidas que en el paraíso original fue la mujer la que sedujo al hombre.

Claro, eso ocurrió «en el original». Las cosas, desde entonces, han cambiado mucho.

Te prometo que yo no soy el fruto prohibido –insiste él.

Aún así, sigo pensando que puede ser una técnica de seducción varonil.

¡Mujer de poca fe!

No hay que ir por la vida fiándose del primer hombre con el que te encuentras.

A veces merece la pena arriesgar, sobre todo cuando acabas de llegar a un nuevo paraíso tras vagar y vagar. Pero, esa es tu opción.

Entonces, ¿aquí no hay fruto prohibido?

Te mentiría si te dijera que no.

Y, ¿se puede saber cuál es?

Se puede saber, pero lo descubrirás tú misma, en su momento, si decides cruzar el charco conmigo.

Las dudas de Libertad se van disipando a medida que se ve reflejada alternativamente en la transparencia del agua y en los ojos de ese hombre. Así es que decide cruzar el río en compañía del joven mientras respira un aire puro que la refresca.

Después, se dispone a conocer la isla, junto a él, a lomos de un caballo blanco que los esperaba al lado de un cerezo en flor.

¡Cuántos árboles frutales! ¡Hay enjambres de abejas y muchas cabras por la montaña! –se asombra la mujer.

Sí, la fruta es esencial aquí, las abejas nos ofrecen miel y las cabras su leche con la que elaboramos exquisitos quesos –explicaciones de Jacinto.

Libertad admira el paisaje lleno de vegetación que se refleja en un bonito lago, tierras cultivadas incluso en las laderas de las montañas, campos con almendros en flor, multitud de animales en libertad y de aves que surcan el cielo.

Por fin llegan a un poblado de casitas de colores entre regatos, fuentes y cascadas.

Los vecinos de este lugar se divierten en la calle cantando y bailando con motivo de la celebración de la fiesta de la primavera. Jacinto ayuda a su compañera a bajarse del caballo. La gente aplaude y les da la bienvenida. Suena la música. Él la invita a bailar, y la gente los rodea y anima con aplausos. Para la música. La joven Libertad mira a su alrededor, ve una extensa pradera en la que se mueven a sus anchas una multitud de gallinas, éstas se encuentran acompañadas por gran cantidad de arrogantes gallos exhibiendo sus bellos plumajes. Ella, ingenuamente, comenta:

¡Qué bonitas aves! ¡Nunca había visto tantos gallos juntos! Me imagino que una de las actividades de la isla es la lucha de gallos, ¿me equivoco?

De repente se produjo un silencio sepulcral. Incluso las facciones de Jacinto se endurecen. Aún así, le parece atractivo.

Sí, te equivocas, Libertad –responde Jacinto.

¿Qué ocurre?… ¿Acaso aquí son los animales sagrados? –pregunta la joven entre sorprendida y asustada.

Sí –le responde de nuevo su joven acompañante-. Tú lo has dicho: «aquí son, los animales, sagrados», o dicho de otra forma, aquí todos los animales son sagrados.

Ahora es Libertad la que se queda muda durante unos segundos; luego, se atreve a decir:

¡Vaya! ¡Por fin he descubierto el fruto prohibido! No sé cómo he tardado tanto en darme cuenta de algo tan obvio. Lo siento.

La gente aplaude de nuevo y la sonrisa vuelve a iluminar los rostros de todos los allí presentes. Este es el momento en que se van a una sala comunal para compartir mesa y mantel.

La joven clava su vista en los suculentos manjares, y se dispone a saborearlos. Los jugos naturales de frutas exóticas sacian su sed del camino. Las ensaladas, setas del monte y otros alimentos naturales calman su sensación de hambre. El vino, con sabor a cereza, la reanima. La tarta de queso con nueces, cubierta con mermelada de frutos del bosque, se funde en su paladar, lo que le produce un estimulante sabor agridulce.

Jacinto le explica, por si ella no lo sabe, las excelentes propiedades de los frutos secos y la influencia de los frutos rojos en la eterna juventud. También le habla de la longevidad de la gente de esta tierra por su estilo de vida en sintonía con la naturaleza.

Libertad se queda dormida, embriagada por la variedad de aromas y por la voz melodiosa del joven. Él la toma en brazos y la lleva a su casa para descansar juntos; sin embargo, no duerme porque quiere velar los sueños de ella y despertarla con el suave roce de sus labios. La joven abre los ojos a un nuevo mundo en el que lo primero que percibe es la mirada de otros ojos verdes en los que se ve reflejada como en el agua del lago de esta isla.

– ¡Qué casa tan bonita! –exclama ella-. Me hace sentir bien el olor a incienso.

Los ojos de la joven revolotean por la estancia observando las figuras pintadas en el techo, los cuadros y estatuas tallados en piedra, velas de colores y otras curiosidades.

¿Gratamente sorprendida?- Pregunta Jacinto.

¡Estoy encantada! ¿Todo esto es obra tuya?

Sí, todo lo he hecho yo.

¡Caramba! ¡Eres un artista!

Solo me falta ponerle el nombre a la casa.

Y, ¿cuál será? – quiere saber la nueva mujer.

«Jacinto en Libertad».

¡Gracias, muchas gracias, es todo un honor! – Agradece ella a la vez que se funde con él en un abrazo.

Tengo una sorpresa para ti –anuncia el joven.

¿Tú crees que podré soportar más novedades?

Relájate y escucha. Es mi especial regalo de bienvenida.

Libertad se pone cómoda; mientras, Jacinto le brinda un concierto de cuencos tibetanos. A ella estos sonidos le suenan a música celestial, de modo que se relaja tanto que se queda profundamente dormida. El joven la vuelve a despertar con un roce, esta vez más profundo, de sus labios. Beso que nuestra alma viajera disfruta como una nueva y amorosa sensación.

Para aprovechar la soleada tarde primaveral, se van de paseo por el monte.

Él le explica brevemente como es la vida en este paraíso. «El poder no es opresivo –le dice-, pues no se retribuye económicamente, así es que solo lo detentan quienes lo saben utilizar por vocación y para el bien común. Los productos químicos se usan con precaución. Son muy utilizadas diversas terapias naturales tanto para la mente como para el cuerpo.

Se cuida la naturaleza, se controla la polución y contaminación en beneficio del archipiélago, de todas las personas, del planeta y de las generaciones venideras».

Cerca de la puesta de sol, llegan a una playa de dunas donde se disponen a descansar en un refugio entre rocas y arena. Después, él le explica dónde recogen los isleños las algas ricas en ácidos grasos esenciales omega 3 (eicosapentaenoico y docosahexaenoico) que ingieren los peces.

¡Ah! Entiendo –ella comprende-, así los humanos no necesitan comer a los pececillos.

Exactamente. Aunque también comemos diversas semillas, germen de la vida, y no lo hacemos precisamente para no comernos a los pajarillos.

Ríen los dos.

Llegados a este punto, él se coloca enfrente de ella y le dice:

Estamos en el mar, ¿no quieres nadar?

De donde yo vengo utilizan el agua del mar como terapia, hay centros de «talasoterapia» –comenta ella, obviando la pregunta.

Y, ¿no se baña la gente en el mar?

Sí, claro. Pero yo no he traído bañador.

¡Aquí no hace falta! ¡Nosotros no somos el fruto prohibido! ¿Recuerdas?

Sus miradas se cruzan una vez más. Ya hay una especial comunión entre ambos. Libertad deja que sus pies descalzos se empapen con esa agua azul turquesa que le relaja la vista y cuyo frescor le hace sentir escalofríos Poco a poco se abandona al mar, y nada con su melena suelta hasta reencontrarse de frente con el hombre de su nuevo paraíso, el cual aparta el pelo mojado del rostro de su sirena para tomar su cara entre las manos y regalarle besos con sabor salado. De forma natural, sus cuerpos se entrelazan debajo del agua, sienten los dedos del otro deslizarse sobre la piel en forma de amorosas caricias. Sus seres se sienten unidos en conexión total con la naturaleza que les rodea, y en un acto de puro amor carnal y espiritual.

Cuando el sol se esconde en el horizonte, se quedan eclipsados al contemplar su ya tenue luz hasta que el astro rey se oculta por completo. Observan las estrellas, las cuales les inspiran a pedir nuevos deseos al Universo con el que se sienten tan conectados.

La luna les sorprende con sus cuerpos desnudos y les ilumina el camino de regreso a casa, a la que llegan colmados de amor para disfrutar y para compartir con las demás personas a su alrededor en un nuevo amanecer de sus vidas.

Pilar Mosquera Pérez

A Dulce, mi profesora del seminario: «Creatividad para comenzar a escribir», a Juan por sus sesiones de relajación, y a mis estupendas compañeras: Dominique, Patricia, Noe y Mila. Todos ellos han contribuido a hacer del curso una experiencia inolvidable.




Fuente: naturalrevista

https://naturalrevista.com/nuevo-paraiso-libertad/
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martes, 31 de julio de 2012 0 comentarios

Desde el río de la vida • Pilar Mosquera Pérez

Tras el título «Desde el Río de la Vida» se esconden un conjunto de ocho relatos de temática variada inspirados en hechos reales y vivencias de la autora. La realidad, la experiencia y la fantasía se dan la mano para crear una serie de historias divertidas, con un toque de romanticismo y poesía, y un trasfondo de valores humanos.
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Desde el río de la vida • Pilar Mosquera Pérez

Tras el título «Desde el Río de la Vida» se esconden un conjunto de ocho relatos de temática variada inspirados en hechos reales y vivencias de la autora. La realidad, la experiencia y la fantasía se dan la mano para crear una serie de historias divertidas, con un toque de romanticismo y poesía, y un trasfondo de valores humanos.
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domingo, 31 de julio de 2011 0 comentarios

Senderos y Sueños • Pilar Mosquera Pérez

«Sendero«Senderos y Sueños» es un relato que, en pocas páginas, refleja una gran cantidad de matices, de valores: amor y respeto por la naturaleza y por el planeta (con todos los seres que alberga en su seno) y la defensa de la dignidad de las personas
independientemente de las circunstancias en que se encuentren.
Narra historias de amor y ternura en su sentido más puro, utilizando un lenguaje que, a menudo, es pura poesía e inspiración de las más hermosas imágenes.
Senderos paralelos que se cruzan, senderos pedregosos en ocasiones, y maravillosos sueños entrelazados con la realidad.
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Senderos y Sueños • Pilar Mosquera Pérez

«Sendero«Senderos y Sueños» es un relato que, en pocas páginas, refleja una gran cantidad de matices, de valores: amor y respeto por la naturaleza y por el planeta (con todos los seres que alberga en su seno) y la defensa de la dignidad de las personas
independientemente de las circunstancias en que se encuentren.
Narra historias de amor y ternura en su sentido más puro, utilizando un lenguaje que, a menudo, es pura poesía e inspiración de las más hermosas imágenes.
Senderos paralelos que se cruzan, senderos pedregosos en ocasiones, y maravillosos sueños entrelazados con la realidad.
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jueves, 10 de marzo de 2011 0 comentarios

Opinión: Momento de reflexiones.

Nos llega desde Benavente (Zamora), este artículo de opinión, "Momento de reflexiones", escrito por Pilar Mosquera Pérez, Directora del Centro de Personas Mayores de la Gerencia de Servicios Sociales en Benavente. Trabajadora Social, cuenta con una amplia experiencia de trabajo en la gestión de recursos en servicios sociales, experiencia muy vinculada al trabajo con personas mayores. Aficionada a escribir, acaba de publicar su primera novela "Raíces al viento", editada por Círculo Rojo. Esperamos que se abran muchos momentos de reflexión, quizá más necesaria que nunca para discernir sobre cuál es el camino correcto.

Momento de reflexiones

Nos encontramos en una situación de crisis a distintos niveles que conlleva un esfuerzo de adaptación por parte de todos; momento en el que el pasado y el presente se entrelazan, el momento de arrimar todos el hombro, con los medios a nuestro alcance, porque lo contrario nos llevaría a la conclusión de que no han sido valorados los regalos recibidos en el tiempo de las vacas gordas y a pensar que no es bueno regalar nada.

El trabajo en el sector de personas mayores creo que implica una posición de autoevaluación constante, tanto por parte de los profesionales, con respecto a sus conocimientos y actitudes, como de los propios mayores en relación a la imagen que nos dan de ellos mismos.

Sería una contradicción que, en los cursos de reciclaje y formación, se nos transmitiera la idea de que hay que dar una imagen positiva de las personas mayores si cuando llegamos al campo de trabajo nos encontráramos con que la que ellos nos trasmiten no es todo lo positiva que debiera.

Los órganos de participación son una eficaz vía para la colaboración y la representación del sector, mas implica también una gran dosis de responsabilidad y autorreflexión acerca de las motivaciones que llevan a incluirse en ellos, y que nunca deben ser de egoísmo, para obtener beneficios propios, prestigio, poder, etc. Ya que esto daría lugar a guerras que conllevan a situaciones de confusión, malestar y de una mala imagen del Centro o Asociación. Eso no quiere decir que haya que echarse atrás en la participación sino que, cuando esto ocurra, hay que participar más para tratar de evitarlo.

Todo ello para que la idea que podamos transmitir del sector, tanto los profesionales como los mayores y los órganos que los representan, sea la de aquellas generaciones que, en momentos históricos anteriores, no muy lejanos, de crisis a todos los niveles, lucharon por España, no solo a base de pico y pala sino también defendiendo ideales de paz, justicia, libertad…, y que ahora siguen activos, contribuyendo con los medios a su alcance, a constuir una sociedad mejor, sociedad de la que todos formamos parte.

Pilar Mosquera Pérez
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Opinión: Momento de reflexiones.

Nos llega desde Benavente (Zamora), este artículo de opinión, "Momento de reflexiones", escrito por Pilar Mosquera Pérez, Directora del Centro de Personas Mayores de la Gerencia de Servicios Sociales en Benavente. Trabajadora Social, cuenta con una amplia experiencia de trabajo en la gestión de recursos en servicios sociales, experiencia muy vinculada al trabajo con personas mayores. Aficionada a escribir, acaba de publicar su primera novela "Raíces al viento", editada por Círculo Rojo. Esperamos que se abran muchos momentos de reflexión, quizá más necesaria que nunca para discernir sobre cuál es el camino correcto.

Momento de reflexiones

Nos encontramos en una situación de crisis a distintos niveles que conlleva un esfuerzo de adaptación por parte de todos; momento en el que el pasado y el presente se entrelazan, el momento de arrimar todos el hombro, con los medios a nuestro alcance, porque lo contrario nos llevaría a la conclusión de que no han sido valorados los regalos recibidos en el tiempo de las vacas gordas y a pensar que no es bueno regalar nada.

El trabajo en el sector de personas mayores creo que implica una posición de autoevaluación constante, tanto por parte de los profesionales, con respecto a sus conocimientos y actitudes, como de los propios mayores en relación a la imagen que nos dan de ellos mismos.

Sería una contradicción que, en los cursos de reciclaje y formación, se nos transmitiera la idea de que hay que dar una imagen positiva de las personas mayores si cuando llegamos al campo de trabajo nos encontráramos con que la que ellos nos trasmiten no es todo lo positiva que debiera.

Los órganos de participación son una eficaz vía para la colaboración y la representación del sector, mas implica también una gran dosis de responsabilidad y autorreflexión acerca de las motivaciones que llevan a incluirse en ellos, y que nunca deben ser de egoísmo, para obtener beneficios propios, prestigio, poder, etc. Ya que esto daría lugar a guerras que conllevan a situaciones de confusión, malestar y de una mala imagen del Centro o Asociación. Eso no quiere decir que haya que echarse atrás en la participación sino que, cuando esto ocurra, hay que participar más para tratar de evitarlo.

Todo ello para que la idea que podamos transmitir del sector, tanto los profesionales como los mayores y los órganos que los representan, sea la de aquellas generaciones que, en momentos históricos anteriores, no muy lejanos, de crisis a todos los niveles, lucharon por España, no solo a base de pico y pala sino también defendiendo ideales de paz, justicia, libertad…, y que ahora siguen activos, contribuyendo con los medios a su alcance, a constuir una sociedad mejor, sociedad de la que todos formamos parte.

Pilar Mosquera Pérez
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domingo, 2 de enero de 2011 0 comentarios
Autora de «Raíces al viento»

Pilar Mosquera Pérez«En mi novela reflejo una forma de vida que se está perdiendo en Zamora»

«Este libro puede ayudar a que las nuevas generaciones conozcan elementos del día a día de sus antepasados»

La zamorana Pilar Mosquera Pérez acaba de publicar «Raíces al viento». Una novela que se basa en las vivencias de la autora «sin ser autobiográfica», según define ella misma, y que combina la tradición y la renovación.
-¿Cómo nace «Raíces al viento»?
-Yo escribía poesía y un diario desde mi adolescencia. Por otro lado, por mi ocupación laboral, he promovido distintos trabajos relacionados con la recopilación de las tradiciones de refranes, costumbres o canciones populares de la provincia de Zamora. Un día me planteé que si escribía por mi trabajo por qué no me lanzaba a plasmar todo lo que llevaba dentro. Poco a poco, cuando tenía tiempo libre, comencé a escribir esta novela que refleja una época, desde 1960 hasta 1980. Realmente cuando comencé el proyecto no sabía que saldría.
-¿Es un texto autobiográfico?
-No, pero refleja la vida durante dos décadas. Me he dado cuenta de que éramos una generación bisagra porque coincidimos en una época de muchos cambios. No fuimos conscientes de que vivíamos en tiempos de paz y al ser niños no percibimos la Dictadura. Además, nuestra adolescencia coincidió con los años de cambios de la sociedad, con los años de la Transición política.
-Usted es de Aliste. Su novela, entre otros escenarios, transcurre en un pueblo que guarda ciertas similitudes con la zona, pero no menciona en ningún momento la comarca.
-No, porque no quiero comprometer a mi pueblo. No quería sacar a la palestra mi población, aunque me crié en Moveros y está inspirada en la vida real sin contar la vida de nadie, ni tan siguiera la mía propia. Creo la novela engloba varios ingredientes desde el pueblo, a las vivencias de la emigración, de la vida en la ciudad, en un internado, en la Universidad...
-En su publicación incluye poesías que supuestamente han redactado los personajes. ¿Por qué utiliza este recurso?
-Aposté por incluirlas porque bastante gente me había animado. Inicialmente desterré la idea porque mi poética es muy íntima, es una parte de mi persona que guardo celosamente. Sin embargo, luego me di cuenta de que era un ingrediente más que enriquecía la obra y me pareció interesante que fueran los propios personajes quienes escribieran los versos.
-También adjunta numerosas fotografías.
-Se debe a las publicaciones que había promovido en mi trabajo. Por otro lado, creo que las imágenes es una manera más para que las nuevas generaciones conozcan algunos de los elementos de la vida rural que ahora están en desuso o bien han desaparecido y que figuran en la novela, puesto que en la obra reflejo una forma de vida que se está perdiendo.
-Esta publicación es la primera que realiza, ¿fue laborioso que viera la luz?
-Tras escribirla no sabía si quería publicarla o no. Luego recapacité sobre el hecho de que era injusto que novela inspirada en la provincia no viera la luz. Por ello opté por consultar en alguna imprenta y finalmente me puse en contacto con una firma que edita a escritores noveles. Desde que contacté con ellos todo fueron facilidades.

Zamora

Pilar Mosquera nació en Moveros. Cursó estudios de Trabajo Social en la Universidad Pontifica de Salamanca. En su ámbito profesional ha sido la promotora y organizadora de varios trabajos relacionados con la recopilación de tradiciones. En la actualidad trabaja en los Servicios Sociales de Benavente. Aficionada a escribir, le gusta mucho la naturaleza, el campo y viajar. Gran parte de su tiempo libre lo destina a leer y a la práctica de taichi y de la natación. «Raíces al viento», editada por «Círculo rojo» supone su primera novela, aunque desde niña escribía poesía.

Fuente:La Opinion de Zamora.
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Autora de «Raíces al viento»

Pilar Mosquera Pérez«En mi novela reflejo una forma de vida que se está perdiendo en Zamora»

«Este libro puede ayudar a que las nuevas generaciones conozcan elementos del día a día de sus antepasados»

La zamorana Pilar Mosquera Pérez acaba de publicar «Raíces al viento». Una novela que se basa en las vivencias de la autora «sin ser autobiográfica», según define ella misma, y que combina la tradición y la renovación.
-¿Cómo nace «Raíces al viento»?
-Yo escribía poesía y un diario desde mi adolescencia. Por otro lado, por mi ocupación laboral, he promovido distintos trabajos relacionados con la recopilación de las tradiciones de refranes, costumbres o canciones populares de la provincia de Zamora. Un día me planteé que si escribía por mi trabajo por qué no me lanzaba a plasmar todo lo que llevaba dentro. Poco a poco, cuando tenía tiempo libre, comencé a escribir esta novela que refleja una época, desde 1960 hasta 1980. Realmente cuando comencé el proyecto no sabía que saldría.
-¿Es un texto autobiográfico?
-No, pero refleja la vida durante dos décadas. Me he dado cuenta de que éramos una generación bisagra porque coincidimos en una época de muchos cambios. No fuimos conscientes de que vivíamos en tiempos de paz y al ser niños no percibimos la Dictadura. Además, nuestra adolescencia coincidió con los años de cambios de la sociedad, con los años de la Transición política.
-Usted es de Aliste. Su novela, entre otros escenarios, transcurre en un pueblo que guarda ciertas similitudes con la zona, pero no menciona en ningún momento la comarca.
-No, porque no quiero comprometer a mi pueblo. No quería sacar a la palestra mi población, aunque me crié en Moveros y está inspirada en la vida real sin contar la vida de nadie, ni tan siguiera la mía propia. Creo la novela engloba varios ingredientes desde el pueblo, a las vivencias de la emigración, de la vida en la ciudad, en un internado, en la Universidad...
-En su publicación incluye poesías que supuestamente han redactado los personajes. ¿Por qué utiliza este recurso?
-Aposté por incluirlas porque bastante gente me había animado. Inicialmente desterré la idea porque mi poética es muy íntima, es una parte de mi persona que guardo celosamente. Sin embargo, luego me di cuenta de que era un ingrediente más que enriquecía la obra y me pareció interesante que fueran los propios personajes quienes escribieran los versos.
-También adjunta numerosas fotografías.
-Se debe a las publicaciones que había promovido en mi trabajo. Por otro lado, creo que las imágenes es una manera más para que las nuevas generaciones conozcan algunos de los elementos de la vida rural que ahora están en desuso o bien han desaparecido y que figuran en la novela, puesto que en la obra reflejo una forma de vida que se está perdiendo.
-Esta publicación es la primera que realiza, ¿fue laborioso que viera la luz?
-Tras escribirla no sabía si quería publicarla o no. Luego recapacité sobre el hecho de que era injusto que novela inspirada en la provincia no viera la luz. Por ello opté por consultar en alguna imprenta y finalmente me puse en contacto con una firma que edita a escritores noveles. Desde que contacté con ellos todo fueron facilidades.

Zamora

Pilar Mosquera nació en Moveros. Cursó estudios de Trabajo Social en la Universidad Pontifica de Salamanca. En su ámbito profesional ha sido la promotora y organizadora de varios trabajos relacionados con la recopilación de tradiciones. En la actualidad trabaja en los Servicios Sociales de Benavente. Aficionada a escribir, le gusta mucho la naturaleza, el campo y viajar. Gran parte de su tiempo libre lo destina a leer y a la práctica de taichi y de la natación. «Raíces al viento», editada por «Círculo rojo» supone su primera novela, aunque desde niña escribía poesía.

Fuente:La Opinion de Zamora.
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